lunes, 10 de diciembre de 2012

Y llegó el frío invierno...


Sí chicos, ese momento que todos temíamos (o almenos yo) ha llegado. Y ese momento es cuando la temperatura máxima y la mínima están bajo cero. Es muy divertido estar a -2 o -3 cuando son las dos de la tarde, pero lo más divertido es que lo peor está por llegar. Según algunos chinos, esto no es frío todavía. Yo no sé qué va a ser de mí, por eso escribo ya en el blog, para que sepáis que si no doy más señales de vida, es que me he convertido en cubito de hielo y no puedo teclear.

En general aquí la vida es bastante monótona, pero para paliar el frío, siempre hay anécdotas que contar y actividades que hacer.

1. El país del sol naciente. En nuestra clase hay un japonés muy majo que se llama Takuma que se piensa que los españoles estamos medio locos (sobretodo Meri) pero que, en el fondo le caemos bien, y por eso muchas veces está con nosotros.  Pues bien, cuando estuvo Kiwin aquí, hicimos una cena china-española con las chinitas con las que hacemos tándem y también invitamos a Takuma.

Por eso, un día decidió invitarnos a una cena japonesa. La comida está muy rica. Hicimos un tipo de tortilla/pancake con harina y huevo y con verduritas y carne. Y luego unas bolas hechas con harina y agua rellenas de salchichas, queso y mochi. Lo mejor de todo es que para hacer las bolas tiene una especie de grill con agujeros donde echas la masa por encima y luego le va dando la vuelta con los palillos para que acabe en forma de bola. ¡Todo un arte! Meri, Mark y Fiamma intentaron hacerlas y no les salieron mal del todo. 加分儿, chicos! Mini punto!  Eso sí, lo mejor fue el postre porque a esas mismas bolas, les añadimos chocolate por dentro… ¡se nos hacía la boca agua!

Además, estamos aprendiendo algunas palabras en japonés gracias a Takuma. Hay algunas muy curiosas porque la pronunciación se parece a palabras en español pero el significado no tiene nada que ver.

                - Unacasita: Tengo hambre
                - Chotomate: espera un momento
                - Mochilon: por supuesto

Nota: Por favor, si alguien que estudia japonés está leyendo esto, ya sé que está mal escrito pero cuando hablas suenas así y es gracioso.

2. Deporte: Cada lunes, los de la oficina internacional, han organizado unas jornadas deportivas. Es decir, aquellos que quieran, van al gimnasio de la uni a jugar a diferentes “deportes”. Y lo pongo entre comillas porque el único deporte de verdad es el bádminton y el resto son pingpong, billar, indiaca y clase de taichí. Menos el segundo día que jugamos a pingpong , el resto de días estamos jugando a bádminton. Al principio, daba bastante pena, pero poco a poco le voy cogiendo el tranquillo y voy mejorando. Creo que esta idea del deporte, es la mejor idea que han tenido los de la oficina de internacionales desde que llegué aquí.

La semana que viene ya es la última clase, pero quién sabe, alomejor seguimos yendo por nuestra cuenta porque la verdad es que es bastante divertido.

3. Una enfermedad llamada brisca: Todo empezó hace un mes y medio, cuando alguien sugirió jugar a la brisca. A partir de ese momento, la cosa ha ido de mal en peor. Lo que comenzó con un simple juego, ya es una adicción y jugamos día y noche.  Para jugar siempre hacemos equipos para que sea más táctico y por eso tenemos que ser cuatro o seis para jugar. Entonces siempre ocurre ese momento en el que volvemos de comer o cenar, nos sentamos un rato en el lobby, nos miramos (aunque mentalmente estamos contando las personas que somos), algunos empiezan a sacar cosas de la mesa y otra persona saca las cartas. Todo esto sin decir ni mu.

Otra situación graciosa es cuando estamos sentados y somos cuatro o seis y una persona decide ir un momento al lavabo o a su habitación y le preguntamos: Pero vas a volver, ¿no? Y no es porque estamos disfrutando tanto de su compañía que queremos que se quede (que también), sino porque sin ella no podemos jugar a la brisca.

Además, en chino para decir “cuidado”, se dice 小心 (xiaoxin) que significa “pequeños corazones”. Así que cada vez que alguien hace la traducción literal de esta palabra, todos estamos pensando en la brisca (porque jugamos con cartas de póquer).

Tenemos un problema serio, ¿verdad?

4. Amigo invisible: Este año para Navidad, hemos decidido hacer el amigo invisible con algunos amigos de nuestra residencia. La cosa queda así: cinco españoles, una portuguesa, dos italianas, una peruana y un japonés. Sí, los latinos siempre acabamos juntos pero esta vez hemos adoptado a un asiático que poco a poco va aprendiendo español.  La idea es ir a comer después de clase, (sí, tenemos clase 24 y 25, ¡¡yupi!!) y luego volver para darnos los regalos, en los que tiene que haber una pista en chino para que tu amigo invisible adivine quién eres. Además, como buenas catalanes que somos, también vamos a hacer “el caga tió” porque hemos comentado la idea a varias personas, y a todo el mundo le parece muy divertido que hagamos cagar a un tronco con cara.

Así que, aunque estemos lejos de casa, estamos buscando maneras para celebrar la navidad y poder sentirnos como en casa. Además, nuestros queridos padres no han mandado o nos están mandando cajas con embutido, turrones, polvorones... así que, aunque no tendremos gambas a la plancha, sopa de galets y otras cosas ricas que tenéis por esas tierras occidentales, algo en condiciones comeremos. 

Y eso es todo de momento, un beso desde Tianjin :D

jueves, 1 de noviembre de 2012

Un país de locos


Estas semanas he estado un poco desconectada del blog pero es que, os seré sincera, me daba pereza escribir y también he estado bastante ocupada. Principalmente, hay 4 cosas “importantes” que contar, así que allá vamos:

1.       Cena-tandem

El jueves de hace 2 semanas quedamos con las chinitas con las que Meri, Mark y yo hacemos tándem para ir a cenar 火锅  (huoguo- olla mongola). Por si no os lo había contado (que creo que no), cada miércoles y cada domingo quedamos con tres chicas que estudian español para practicar nuestro “pésimo” chino y ayudarlas con su español. Aquí en China es muy común que la gente que estudia idiomas elija un nombre en ese idioma porque piensan que así será más fácil de recordar para las personas hablantes de ese idioma. Pues bien, si ya os hizo gracia que mi nombre fuera Lao la, los nombres de estas chicas tampoco tienen desperdicio: Vera, Gloria y Delfina. Si me preguntáis el porqué de esa elección, no tengo ni p*** idea porque fonéticamente no se parece en nada a su nombre real. ¡Pero así son los chinos!

Pero bueno, volvamos a la historia. Quedamos con ellas a las 7 para ir a un restaurante a comer olla mongola, que consiste en una especie de olla en medio de la mesa con caldo y puesta encima de un fuego para que se caliente. Luego, pides diferentes platos (que te los traen crudos) y tienes que ir metiéndolos en la olla para que se hagan. Está realmente bueno, pero, si lo piensas fríamente, es un poco asqueroso porque en la misma olla, y sin cambiar el caldo, metes carne, verdura, pescado, tofu….pero oye, ¡sigo viva! El mejor momento de la noche fue cuando Gloria le pregunta a Mark:

-  Laura come muy poco, ¿por qué Laura come tan poco?

A todo esto, no paraban de ponerme comida en el plato y yo me la iba comiendo toda y además se lo dijo como medio susurrando pero, obviamente, yo lo escuché, así que imaginaros mi cara de “queestádiciendoestatia”.  Para rematar el momento le vuelve a comentar a Mark.

- ¿Laura come carne?

WHAT THE FUCK. Llevo media hora comiendo carne, y ¿ahora le preguntas que si como carne? En fin, aparte de este momento, la noche transcurrió sin percances y nos salió muy bien de precio. Pagamos 45 yuanes cada uno y nos pusimos las botas.


2.       F*** ME, I’M FAMOUS (Spanish Class  Version)
Vera, una de las chicas chinas con las que hacemos tandem, nos preguntó el día de la cena (véase punto anterior) si la podíamos ayudar a cocinar algo típico español para una clase de acto/reunión de estudiantes de español que había el miércoles siguiente. Nosotros, obviamente, le dijimos que estaríamos encantados de ayudarla.  Así que el miércoles, quedamos con ella en nuestra residencia para preparar 2 tortillas de patatas (porque en sus residencias no tienen cocinas…). Hasta aquí todo normal, ella compró los huevos y las patatas y nosotros preparamos las tortillas mientras ella nos corregía la exposición oral que teníamos que hacer ese viernes.

Después fuimos con ella al edificio donde hacemos clase para asistir a la reunión de estudiantes de español sin saber muy bien qué nos íbamos a encontrar. Nada más llegar vimos que la clase estaba llena de chinos y que no cabía un alma allí dentro pero Vera, insistió en que entráramos. Muertos de vergüenza, entramos en el aula y….todos los chinos que había nos comenzaron a aplaudir, a chillar, a hacernos fotos y los de primera fila se levantaron para que nos sentáramos. ¡Nos estaban esperando porque éramos los invitados de honor! Tanto Meri como Mark y yo comenzamos a partirnos de risa por lo surrealista de la situación y porque nos estábamos muriendo de vergüenza. Fue un tierra trágame en toda regla. Vera, mientras tanto, se estaba partiendo también al ver nuestras caras y yo, si no fuera tan sumamente encantadora, la hubiese matado en ese momento. Pero tengo que reconocer que #soyfan de esta chica.  

De golpe, una chica comenzó a cantar una canción lenta en español y yo no podía parar de reírme mientras una china me comenzó a hablar tan cerca que pensaba que me comía la oreja. La conversación fue más o menos así:

- En España, ¿el clima es más “serca”?
- ¿Más “serca”? (Poker face)
- Sí, cuando hay poco agua en el aire.
- ¡Ah! ¿Más seco?

A partir de ahí, más chinos salieron a bailar, cantar…y además nosotros tuvimos que participar también. Éramos los capitanes de 3 equipos y teníamos que hacer mímica para que los chinos de nuestro equipo adivinaran palabras tan básicas como “auscultar”, “asearse”…  (entiéndase la ironía)
Al final, nos dieron unos regalos (una cuerda para saltar, un hula-hop y una indiaca) y nuestras tortillas fueron un auténtico éxito. Así que al final la cosa fue mejor de lo que esperábamos!

3.       Examen de kouyu
O lo que viene siendo nuestra clase de oral. Nuestro examen consistía en hacer una representación en medio de la clase de una historia en grupos. Mark, Meri y yo pensamos en hacer “La caperucita roja” con un final alternativo: caperucita sabía kungfu y mataba al lobo de una patada. Peeeeero, nos enteramos que otro grupo hacía el mismo cuento, así que para no ser repetitivos decidimos cambiar y elegimos hacer “La leyenda de Sant Jordi”. EL reparto de personajes fue así:

Mark: profesor (porque al principio hacíamos una breve introducción de la fiesta), narrador y Sant Jordi. Para ser de profe iba con unas gafas de pasta y lo mejor vino cuando tuvo que hacer de Sant Jordi porque se puso una olla en la cabeza y llevaba una tapa como escudo y un cuchillo cutre como espada. ¡Auténtico!

Meri: la alumna lista y pelota de clase, reina (con corona y cetro real incluido) y dragón, que consistía en ponerse una sudadera verde.

Yo misma: alumna tonta de la clase que no sabía dónde estaba Cataluña, gente del pueblo que tenía que hacer reverencias cada vez que quería hablar con la reina y princesa (con corona incluida)

Además compramos una rosa de peluche y usamos mi pañuelo rojo como la sangre del dragón. Se nos fue mucho la pinza pero fue muy divertido prepararlo.

La representación fue todo un éxito y la gente no paraba de reírse. Pero todavía no sabemos la nota, así que esperemos que a la profesora le haya gustado tanto como al resto de la clase.

4.       Excursión a la Gran Muralla

El sábado 27 habíamos quedado a las 6.30 de la mañana en la primera planta de nuestra residencia para ir de excursión a una parte de la Gran Muralla que está cerca de Tianjin. En plan era perfecto: ir a la muralla, comer e ir a recoger fruta por tan solo 50 yuanes (no llega a los 10 euros).

Pero siempre tiene que pasar algo: había muchísima niebla y nos perdimos. Después de saber dónde teníamos que ir, pillamos caravana y en un peaje que teníamos que pasar, estuvimos parados como una hora y media porque estaba cerrado. Al final, a las 12.30 arrancamos y, después de 7 horas metidos en un autocar, nos paramos a comer a las 14.30 y de allí rumbo a la Gran Muralla.

¡La madre que parió al chino que decidió construir la muralla!

Todo eran escaleras y más escaleras: altas, bajas, más anchas, más estrechas… Yo pensaba que me iba a morir. Llegó un punto que estaba en medio de la montaña y continuaba subiendo y decidí parar e ir bajando porque solo faltaba media hora para que volviéramos a Tianjin.

Hay que destacar que el paisaje es muy bonito y que es un sitio que vale la pena visitar, pero cansa mucho.
Hay un dicho popular que dice así (y con eso me despido):

不到长城非好
(Aquel que no ha subido a la Gran Muralla no es un verdadero hombre)

jueves, 11 de octubre de 2012

Aventuras por la capital


La semana pasada teníamos una semana de vacaciones por la Fiesta Nacional y decidimos ir a conocer un poco Beijing. La semana de antes, queríamos ir a comprar los billetes a la estación de trenes pero nos dijeron que cerca del campus había una tienda donde los vendían. Así que fuimos para allá y flipé en colores cuando vi que era una frutería. Dentro de esa tienda, había, en una esquina, una mujer que vendía billetes de tren y donde, después de estar un rato peleándonos con nuestro chino, conseguimos comprarlos. 55 yuanes (unos 6 euros) un billete de ida a Beijing con el tren rápido que dura media hora.  Antes de irnos hicimos un planning de lo que íbamos a visitar.

Día 1. Llegada a Beijing
Llegamos a la Estación de trenes de Beijing Sur y ya nos dimos cuenta de la cantidad de gente que nos íbamos a encontrar por la capital china. Salir de la estación fue locura máxima y en el metro también. Aunque tengo que reconocer que los metros en Beijing están bastante bien.

Después de dejar las maletas en el hotel (y después de pagar 600 yuanes de fianza, hola bona tarda?), nos dirigimos a la famosa calle de tiendas de Beijing, Wanfujing. Es una calle enorme llena de tiendas. Nos metimos en un centro comercial para comer y comer, comí más bien poco porque la comida picaba cosa mala. Me encontré un mechero en el restaurante y puedo aseguraros que con el mechero y con lo que me picaba la boca, podía hacer llamaradas dignas de un dragón.  Solo pude comer el arroz hervido insípido que te ponen como acompañamiento en todos los restaurantes chinos.

De allí, decidimos echar un ojo en el Mercado de la Seda y también hicimos un poco de shopping. Me compré unas “vans” por unos 7 euros.

Día 2. Recorriendo un poco la ciudad
Este día fuimos a visitar cosas “no muy turísticas” porque era justo el día después de la Fiesta Nacional y pensamos que los sitios más famosos estarían a petar. Así que por la mañana fuimos a un templo Lama llamado Templo Yonghe. Resulta que es uno de los más importantes después de los del Tibet. En la entrada nos hicieron descuento por ser estudiantes y la verdad es que me gustó mucho. Había gente rezando, había muchos pabellones llenos de budas de todo tipo y lo más impactante fue ver un buda de 18 metros tallado de una sola pieza.

Después queríamos buscar algún sitio para comer y dimos miles de vueltas pero al final encontramos un sitio de curry que estaba buenísimo. Además podías elegir si lo querías picante o no. Por poco menos de 5 euros comí un plato de arroz y pollo con curry.
Con el estómago lleno, nos dirigimos a la zona de exposiciones de arte 798. Había cosas bastante curiosas de arte contemporáneo y la verdad es un sitio interesante.

De allí, fuimos a la zona Olímpica. Nos habían recomendado ir de noche porque los edificios se iluminan. Y la verdad es que tiene su encanto. Nada más llegar, Mark y yo, al ver que la zona de césped hacía bajado, decidimos recordar viejos tiempos y hacer la croqueta. Después nos sentamos al lado de un lago a descansar. De repente, un señor nos comenzó a decir algo en chino y entendimos que nos teníamos que ir de allí. En un principio creímos que era porque iban a cerrar, así que nos encaminamos calle abajo para ver el estadio. Pero de repente, comenzó a sonar música y en el lago donde estábamos sentados antes, vimos que había empezado un espectáculo de agua, colores y música. Ya nos veis corriendo como locos para poder verlo. Good luck!  Tras el espectáculo, continuamos nuestro camino y nos hicimos alguna que otra foto en el estadio. Luego cena y para el hotel a descansar.

Día 3. Muerte y destrucción
Nos levantamos temprano y pusimos rumbo a Tiananmen donde pudimos ver la gigantesca foto de Mao. Justo allí también se encontraba la entrada de la Ciudad Prohibida. Había muchísima gente en todos lados y era casi imposible ver las cosas bien. Hubo un momento que intenté ver lo que había en el interior de un edificio pero los chinos no paraban de empujar por todos lados y al final decidí salir de aquella muchedumbre como pude porque era agobiante. Sin embargo, el sitio tiene su encanto. Al salir de allí, fuimos a comer y después de vuelta a la plaza de Tiananmen (tuvimos que rodear toda la Ciudad Prohibida para volver allí y os puedo asegurar que no es pequeña), donde para entrar hay que hacer cola y hay que pasar un escáner.

A continuación, nuestra intención era ir a Beihai Park…pero nos equivocamos y acabamos en la parte sur del parque. Porque “bei” significa norte. Estábamos tan cansados que no sabíamos cómo hacer para llegar al parque sin que se nos echara la noche encima. Al final, pillamos un taxi que fue más barato de lo que me esperaba.  El parque tiene mucho encanto y tiene buenas vistas de la ciudad pero nos comenzó a llover un poco y nos tuvimos que ir. Además, habíamos quedado con Jose (un amigo del Erasmus) en Wanfujing para ir a la calle de la comida, donde pudimos ver los pinchos de escorpiones, estrellas de mar, gusanos… Por si alguien se lo está preguntando, NO PROBÉ NADA.  Quiero añadir que fuimos andando desde Beihai hasta Wanfujing porque como había llovido los taxis eran carísimos y el metro estaba a tomar por culo, así que cuando llegué al hotel por la noche estaba para cogerme con pinzas.

Día 4. Turismo y compras
Ese día, y después de las pateadas que nos metimos el día anterior, “sólo” fuimos a visitar el Palacio de Verano. Y lo pongo entre comillas porque estuvimos unas 5 horas y no lo acabamos de ver todo. ¡Estos chinos siempre hacen todo a lo grande! De todo lo que he visitado, es mi favorito. Además, el tiempo nos acompañó y eso siempre se agradece.

Por la tarde volvimos al Mercado de la Seda para acabar de comprar algunas cosas a las que ya habíamos echado un ojo la vez anterior.

Día 5. Paseo y vuelta a casa
De este día no hay mucho que contar. Por la mañana fuimos a dar un paseo por una zona de hutongs, que son callejuelas antiguas donde puedes ver cómo viven los chinos y también hay alguna que otra tienda de antigüedades y caligrafía.

Después, de vuelta al hotel a acabar de recoger y para la estación de trenes. Tengo que admitir que cuando llegué de nuevo a Tianjin, me alegré de haber escogido este sitio como destino para estudiar porque es mucho más relajado y hay mucha menos gente que en Beijing.

Y después del rollo que os he metido, viene la parte divertida…

Las anécdotas del viaje

1.       ¡Mama, me estoy meando!  Eso es lo que debió decirle una niña a su madre dentro del metro para que la mujer la colora en una esquina al lado de unas de las puertas de salida para que hiciera sus necesidades tan tranquilamente. Mi cara al ver esto, ya os la podéis imaginar.

También debió decirle eso a su madre un niño que estaba en la plaza Tiananmen porque su madre lo cogió en brazos y lo puso encima de un cubo de basura para que hiciera sus necesidades.

2.       El arte de regatear. Lo admito, me he aficionado a esto de regatear. Todavía no soy una experta pero he aprendido unas cuantas técnicas. Me he dado cuenta que si sabes hablar un poco de chino, es más fácil conseguir algo por un precio bajo porque les hace gracia. Los vendedores son auténticos actores que hacen que se indignan cuando le dices un precio demasiado bajo (según ellos) pero cuando ven  que te vas, te llaman corriendo para que vuelvas.

A destacar el momento en que vi unos amuletos que me gustaban pero que sabían que iban a ser muy caros. Efectivamente, la mujer me pedía unos 960 yuanes por 2 amuletos. Le dije que no los quería, que eran muy caros y me preguntó cuál era mi precio. Le dije que 120 y la mujer se escandalizó diciendo que así perdía dinero. Subí a 140 pero ella seguía pidiendo más dinero. Al final me pedía 500 yuanes y de ahí no bajaba. Encima la mujer con todo su morro, me decía que si no tenía dinero, que lo pagara con tarjeta. Y yo venga decirle que no tenía más dinero y que no tenía la tarjeta de crédito allí (cosas que eran ciertas). Al final, al ver que no los iba a conseguir, decidí irme y de repente, me agarra del brazo y me dice: ‘Está bien, te los dejo a tu precio, 140 yuanes.’ ¡Bien por mí!

3.       F**** ME, I’M FAMOUS.  Los chinos tienen problemas mentales. Todavía no le encuentro la gracia de hacerse veinte mil fotos con extranjeros, pero así es. Cada vez que nos hacíamos fotos de grupos, se nos acoplaban unos cuantos chinos o sino, los que iban paseando, se paraban para mirar o hacernos fotos. Era tal cantidad de fotos las que nos hacían que comenzamos una competición de a ver quien conseguía más fotos. En el fondo, tengo que reconocer que nos gustaba y nos hacía gracia. Suerte que hemos vuelto a Tianjin y ya no nos sentimos tan importantes porque había momentos que se nos subía la fama a la cabeza.

4.       ¿Tu pelo es natural? Estando en el mercado de la Seda intentando ayudar a Mark a regatear el precio de unas bambas, una de las dependientas me comenzó a tocar el pelo porque le gustaban mis rizos y me preguntaba si eran naturales. También nos comenzó a mirar el color de los ojos. A Fiamma, le dijo que tenía la piel de una occidental (es muy blanquita) pero que el color de ojos era como el de los chinos.


¡Y eso es todo amigos!

Espero no haberos aburrido demasiado y que os haya gustado mi aventura por Beijing. Próximas entradas con más anécdotas de Tianjin. ¡Un beso!

domingo, 30 de septiembre de 2012

Es todo mentira


Nos engañan. Nos dicen que los chinos son muy trabajadores, pero lo único que hacen es estar en su puesto de trabajo sin hacer prácticamente nada. Hacen turnos de no sé cuantas horas y lo único que consiguen es que, cuando llegas a casa por la noche, veas al chico de seguridad de nuestro campus durmiendo en su silla y a la chica de recepción apoyada sobre un cojín también “descansando las ideas”.

¿Qué decir sobre las chicas? En las películas chino-japonesas, vemos a chicas trabajadoras, que cuidan mucho su imagen y que todos los hombres las desean. ERROR.  Cuando las ves por la calle con sus modelitos (moda china) piensas: ¡Oh, que mona! Pero de repente… PAM. ¡Levantan los brazos y ves que tienen unos pelos tan largos que casi los llegan al suelo! Quiero pensar que no es algo 100% extendido y que la mayoría de chinas se depilan…porque es realmente desagradable.

“Los chinos comen muy sano”. Tampoco es del todo cierto. Es verdad que cocinan con muchas verduras y que si sabes elegir bien los platos, son bastante sanos. Pero, cuando quieres comer un poco occidental, lo único que encuentras es pollo rebozado a lo KFC, hamburguesas, patatas fritas, pizzas, pasta… Es lo único que han importado de nuestra comida. Así que la única solución para no volver a casa rodando, es comprar comida en el supermercado y cocinar. (Aunque tengo que reconocer que a veces da mucha pereza porque sabes que a 500 metros de tu residencia puedes comer por 2 euros)


En especial, somos fans del restaurante chino de la tercera planta. El problema es que la carta está en chino (obvio) y no entendemos ná. Conocemos 4-5 platos que nos gustan y son los que siempre pedimos. ¡Pero comer siempre lo mismo es aburrido! Por eso, de vez en cuando, decidimos innovar. ¿Que cómo lo hacemos? Bien fácil, cogemos la carta, levantamos un dedo, echamos un vistazo rápido y decimos…

- ¡ESTE MISMO!

De golpe, uno de nosotros suelta:
- No, ¡que este lleva el carácter de picante!
- Ah cierto. Pues este otro entonces.

Y así es como vamos probando platos nuevos. Ya hemos probado platos que te ardían en la boca como fuego, otros que eran bastante comibles… Pero el mejor de todos fue un plato que estaba lleno de ajos enteros salteados y cuatro trocitos de carne. Nuestra cara cuando nos trajeron el plato era digna de ver. Lo mejor de todo fue que cuando elegimos el plato, yo estaba convencida que uno de los caracteres que aparecían, lo habíamos estudiado pero no me acordaba del significado. A partir de ahora, puedo prometeros que NUNCA OLVIDARÉ EL CARÁCTER DE AJO.

Además, quiero añadir el amor que le tienen los chinos a comer con palillos. Ayer, tuvimos una cena en nuestra residencia que preparaba nuestra universidad para todos los estudiantes internacionales. Aparte de que te traían platos salados y dulces todo mezclado. Comías arroz, te traían sandía y pasteles y de golpe, te volvían a traer tallarines, sopas… Quiero destacar el hecho de que tuvimos que comer patatas fritas y nuggets con palillos.

#soyfan
Desde aquí quiero hacer una campaña para extender el uso de palillos con cuchillo y tenedor en el otro extremo como en esta foto. 

martes, 25 de septiembre de 2012

Lao La, manos de mantequilla


Todo empezó una maravillosa noche. Habíamos comprado en el supermercado para cenar revoltijo de patata frita y huevo (cena saludable donde las haya, ¿eh?). Todo iba a la perfección: la cena se hizo todo lo rápido que nos permite el fuego y nos disponíamos a ir a mi habitación con todos los cacharros para cenar y después, fregarlos.  Como buenos ahorradores, decidimos guardar en un vaso el aceite de oliva que nos había sobrado para reutilizarlo otro día. ¿Pero qué pasó? Al verter el aceite de la sartén al vaso, éste se quedó un poco mojado y yo, al cogerlo, lo vertí entero encima de mi mesa. Por suerte, no manchó ni el ordenador ni los libros. Así que todo quedó en un susto y en una anécdota divertida que contar en un futuro.

Pero, el destino no ha querido que esto acabe aquí.

El lunes en clase, estaba muertísima de sueño y decidí comprarme un café (llámalo café, llámalo agua sucia con cafeína). Como todo café de máquina, estaba ardiendo así que lo deje encima de la mesa mientras seguíamos la clase para que se enfriara. Cuando faltaban 5 minutos para acabar la clase, sin querer le di un golpe al vaso y lo tiré entero. ¡Ole yo! 

Volví a tener suerte y el café manchó un poco de la mesa y principalmente cayó al suelo. La rusa de delante tuvieron suerte de la separación que hay entre mesa y mesa porque sino la hubiese bañado entera de café. Obviamente, me metí el susto de mi vida y di un grito medio ahogado y toda la clase se me quedó mirando. Muerta de vergüenza, comencé a limpiar la mesa con pañuelos que Mark y Meri me iban dejando. Para acabar de rematar la jugada, la profesora me suelta: “En el lavabo hay una fregona”.

Así que sí, amigos, después de clase, fui a coger la fregona y me puse a limpiar el suelo. Próximamente pruebas gráficas en facebook de este momento. Mark, ¡yo también te quiero!

Tengo que añadir a todo esto (y para que os acabéis de reír de mi) que los rusos ya me tienen calada. Esta mañana he vuelto a comprarme un café entre clase y clase. Cuando he entrado en el aula, el ruso se me ha quedado mirando en plan “oh dios, vuelve con un café” y le ha dado un golpecito a la chica para que me mirara. He colocado el café encima de la mesa y se han girado para mirarme. Así que les he dicho: “Hoy no voy a volver a tirar el café ¿eh?”

Nota informativa: ¡¡NO SE ME HA CAÍDO EL CAFÉ!! Pero ya tengo la fama ganada… ¡qué remedio!

Más capítulos sobre Lao La manos de mantequilla, esperemos que dentro de mucho tiempo…

jueves, 20 de septiembre de 2012

Señora, tokedekeda y otras historias...


El sábado pasado teníamos la renovación del visado y teníamos que levantarnos a las 8 de la mañana porque a las 9 había que estar abajo. Yo pensaba que tendríamos que ir a la policía renovarlo pero al final nos lo hicieron en la misma residencia. En el restaurante de la segunda planta montaron todo el “tinglado”. Primero de todo teníamos que pagar 460 yuanes y dárselos a Li Peng. Obviamente, casi todo el mundo pagaba 500 yuanes porque no lo teníamos justo y OBVIAMENTE, esperábamos el cambio…pero NO. El tío con todo su morro se apuntaba lo que pagaba cada uno y nos dijo que nos lo devolvería cuando nos devolvieran el visado. Además, el colega riéndose con cara de tonto suelta: “Me da miedo tener tanto dinero junto”. A lo que una italiana que se llama Mary le suelta: “No, tú no tienes miedo de dinero”. ¡TÚ SÍ QUE VALES, MARY!

Después de pagar (eso siempre lo primero), nos hicieron una foto. ¡Salgo taaaaan mal! Me han dicho que parezco una prisionera de Guantánamo, así que imaginaros lo bella que salgo.
Como os prometí en la entrada anterior, hoy voy a dedicar unas líneas a nuestro queridísimo coordinador, el señor Li Peng.

Este personajillo que tenemos como coordinador nos tiene mareados: ahora traedme el pasaporte, ahora venidlo a buscar, os tenéis que repetir las pruebas médicas, venid a buscar el carnet de estudiante… Realmente creemos que ocupa ese puesto porque habla inglés, porque enterarse, no se entera mucho. En el fondo, sabemos que nos quiere/odia porque de vez en cuando vamos a visitarlo y avasallarlo con preguntas o pedidos. ¿Que cómo se que poco a poco le vamos gustando? Porque ayer nos lo encontramos por el pasillo y nos dijo “hola” en español. ¡ESTÁ APRENDIENDO ESPAÑOL POR NOSOTROS! Y sabemos que cuando no vamos a verlo, nos echa de menos.

Las clases siguen como siempre: estudiar, morir en clase, estudiar… Y quien dice estudiar, dice estar todo el día buscando palabras nuevas en los diccionarios. Pero siempre hay algún momento divertido en clase que hace que no sean tan duras.
Por ejemplo, el otro día estábamos en clase de la “señora” o “cavallina” y comenzó a hablar más rápido que un caballo de carreras. Más o menos entendimos que teníamos que ir a la página donde estaba el vocabulario de la nueva lección y que lo iba a leer. También pensamos que ella iba a leer la palabra primero y nosotros teníamos que repetir después. La cosa fue así:

Señora: 差不多(Cha bu duo)

Clase: 差不多(Cha bu duoooo)

De repente, la mujer se comenzó a partir de risa diciéndonos que no teníamos que repetir lo que decía ella como niños pequeños, que sólo iba a leer el vocabulario. 

SANTA PACIENCIA LA DE ESTA SEÑORA CON NOSOTROS

Hoy, estábamos en clase de ‘Listening’ y cuando empezamos una lección nueva, hay una lista de vocabulario. Nuestro querido profesor es taaaaan simpático que siempre hace leer a los mismos, entre ellos los西班牙(es decir, los españoles, más concretamente, Meri, Mark y yo). Como siempre que leemos una palabra, nos la hace repetir unas cuantas veces porque, o bien decidimos mal los tonos, o bien no pronunciamos bien las letras. Pues bien, hoy me tocaba leer a mí y resulta que no me escuchaba bien y de repente me dice: STAND UP. Mi cara de WHAAAAAAAAT? Ha sido mortal, casi me da algo y toda la clase se ha quedado flipando también. Al final he leído bien las palabras y me he vuelto a sentar. Varias personas han continuado leyendo la lista de palabras y a dos de ellas les ha hecho levantarse también, así que, para otra vez, me quedo más tranquila.


Como nota informativa sobre el conflicto chino-japonés: No sabemos gran cosa, sólo lo que leemos en los periódicos españoles, pero podéis estar tranquilos porque por aquí no se oye mucho jaleo. Además, el problema lo tienen con los japoneses. Hemos tenido 3 días de toque de queda por seguridad pero como habéis podido ver en facebook, nos lo hemos tomado un poco a cachondeo y cada noche nos hacíamos una foto diferente a cual más friki. Lo bueno es que cada día éramos más en la foto y lo mejor de todo es que… ¡ya somos libres!

viernes, 14 de septiembre de 2012

¡Oh, Dios mío!


Después de 2 semanas de clase, es lo único que puedo decir. La primera semana fue “relajada” porque la gente iba probando de un grupo a otro. Sin embargo, esta semana ya ha sido diferente.  Más estudio, más deberes, más sueño…más de todo.  Os voy a hacer una breve introducción de cada una de las clases y profesores que tenemos:

- Jingdu, o lo que viene siendo gramática y redacción. Estar en esta clase es como morir lentamente. La profesora, bautizada como ‘la señora’, es una mujer mayor muy adorable pero a la que nadie entiende.  A la pobre mujer la tenemos desesperada porque ya no sabe qué hacer para que la entendamos. Además, como no teníamos suficiente con preparar los textos para la clase siguiente, ahora le ha dado por mandarnos millones de deberes. ¡Yupi!

- kouyu (conversación): Pensaba que iba a ser la peor clase de todas porque mi nivel de chino hablado es pésimo no, lo siguiente, pero la verdad es que lo estoy llevando mejor de lo que pensaba básicamente porque la clase se basa en leer en voz alta las frases del texto todos juntos y luego hacer frases de gramática. De la profesora, ¿qué decir? Es encantadora, siempre viste estupendísima y cuando dices algo mal, te corrige riendo. Desde aquí, y como ha dicho Mark en su blog (Relatos de un tal Make), me declaro FAN de esta mujer.

Yuedu (comprensión lectora): En la clase vamos sobreviviendo y el profesor habla bastante lento y se ve simpático. El problema llega cuando llegamos a casa y tenemos que preparar los textos para el día siguiente. Son textos de 10 líneas o menos pero tardo como media hora en preparar cada uno porque conozco 2 de cada 10 palabras. Ahora estaréis pensando que debería irme al nivel básico pero es que las palabras de estos textos son dignas de mención: brújula, marca de agua, astronomía… Vamos, ¡lo más básico de un idioma!

- Tingli (Listening): En esta clase voy a morir mucho. El profesor, resulta que está bautizado como…

明白老师 (mingbai laoshi)  

明白significa ‘entender’ y 老师 ‘profesor’. ¿Por qué este nombre? Porque se pasa toda la clase preguntándonos: ¿Lo entendéis? Todos contestan que sí pero yo la verdad es que no me entero de prácticamente nada. Así que cuando salgo de esta clase, estoy deprimida porque me doy cuenta de que mi chino es una mierda. Pero a base de palos se aprende.

En conclusión, mi día se centra en ir a clase, comer y estudiar. Me paso la vida buscando nuevas palabras en el diccionario y a este paso llegaré a las 1000 palabras nuevas en un mes (mínimo). Estamos todos un poco cansado de estar todo el día así y hemos llegado a la conclusión de que tenemos ‘resaca de caracteres’.  Hemos buscado ya tantos caracteres y palabras nuevas, que estamos saturados. Lástima que no haya un remedio para este tipo de resaca como el de ‘noches de desenfreno, mañanas con ibuprofeno’; así que lo único que podemos hacer es sobrellevarlo como podamos y mientras tanto, seguir buscando palabras nuevas. ¡Porque esto es un no parar!

Pero no todo es estudiar, también vivimos momentos curiosos dónde no sabes si reír, llorar y momentos en los que te quedas en shock absoluto. Aquí os dejo algunos ejemplos:

a)      Caso curioso 1: la señora gritona. El otro día íbamos Mark, Meri y yo al supermercado (sí, otra vez). Íbamos tan felizmente caminando cuando de repente escuchamos un grito AAAAHAAAA. ¡Menudo susto nos llevamos! Comenzamos a mirar alrededor para ver de donde procedía ese sonido y vimos a una mujer en medio de la calle haciendo una clase de ejercicio donde doblaba las piernas a la vez que gritaba. Después de 2 minutos haciendo esto, hizo un movimiento rollo espiritual y siguió su camino.

b)      Caso curioso 2: ¿cuántos años tienes? Sí amigos, yo en este país me pregunto cuántos años tienen los estudiantes de esta nuestra maravillosa universidad. Os estaréis preguntando el porqué. Pues bien, la cosa viene porque he visto a gente saltando a la cuerda,  llevan ropa y material escolar infantil… [Quiero aclarar que el hecho de que yo tenga material escolar infantil es porque soy una friki pero que no lo considero una cosa normal para ser una universitaria de 23 años].

c)       Caso curioso 3: foto de grupo.  El martes tuvimos la presentación oficial del curso y también nos hicimos una foto de grupo. A las 8 de la mañana teníamos que estar enfrente del edificio donde hacemos clases y allí había montado una especie de tarima con diferentes niveles. De repente, un señor nos comenzó a hablar en chino y a  dividirnos entre chicos y chicas. Después, de más alto a más bajo en diferentes filas. Cuando ya nos tenían a todos en unas 6-7 filas, comenzamos a subir a la tarima. Pero no como nosotros quisiéramos. Primero los chicos en la parte de arriba y luego todas nosotras (en plan sumisión al hombre). Estuvimos como 10 minutos para colocarnos porque nos hacían cambiar de fila cada dos por tres. Yo estaba en la punta y estaba temiendo por mi vida porque aquella tarima no se veía muy segura.  Cuando ya estábamos todos colocados, el fotógrafo loco comenzó a gritar: ¡Uno, dos, trespreparadoooooos! Lo que en chino viene siendo: , , 准备(yi, er, san, zhunbeeeeeeei) Ya tenemos cachondeo asegurado cada vez que nos hagamos una foto.

Mañana tenemos la renovación del visado, así que ya os contaré como va y también escribiré unas líneas sobre nuestro maravilloso coordinador Li Peng.

明白吗?

(¿Entendido?)

domingo, 9 de septiembre de 2012

Experiencias del día a día


Después de casi 2 semanas aquí, todavía me sigo sorprendiendo de muchas cosas (y lo que me queda) porque está gente está media loca. Pero poco a poco me voy acostumbrando a la vida aquí y el hecho de vivir en una residencia llena de occidentales, ayuda a sobrevivir en esta ciudad.  Para que os hagáis una idea de cómo es mi día a día aquí, os voy a contar alguna que otra anécdota:

Supermercados: Nos encantan. Nos pasamos la vida en ellos. Generalmente vamos a dos; Tesco y Century Mart. Los dos tienen cosas muy curiosas pero cabe destacar algunos de los productos que hemos encontrado en Tesco.

- Alitas de pollo a granel: Una caja enorme llena de alitas de pollo y los chinos cogen y tocan las que quieren. Si la que han cogido no les convence, la sueltan y prueban con otra.

-Oreos de colores: Porque en España somos muy aburridos. ¿Qué es eso de tener solo un sabor para las oreos? Aquí tienen de todo: menta, arándanos, melocotón, naranja, pastel de cumpleaños… Todavía no me he atrevido a probarlos, pero tiempo al tiempo.

-Pastas gallo: Dentro del supermercado hay un pasillo dedicado a productos internaciones y allí encontramos Pastas Gallo, para sentirnos como en casa. Aunque es un poco más caro que en España.

- Peces leprosos: ¡Juro que nunca comeré pescado en este país! Aquí está muy de moda tener a los peces vivos en peceras dónde puedes elegir el que más te guste. Sin embargo, algunos de ellos están flotando muertos entre los otros y algunos tienen manchas raras en la piel que me hace dudar de lo bueno que puede ser ese pescado. En el fondo, después de ver los ríos y lagos de esta ciudad, entiendo que haya peces así.

Restaurantes: Al lado de nuestra residencia, hay un edificio de 3 plantas con diferentes restaurantes. En la primera planta puedes comer comida china (aunque nos han recomendado que no vayamos). La segunda también es de comida china en plan self-service, buena y barata. En la tercera planta es donde vamos más. Hay un  restaurante “western style” que está bastante bien y es baratillo. Como siempre, hay cosas “graciosas” para contar:

- La señora que cobra: En el restaurante de comida occidental, siempre está la misma señora cobrando. Porque allí tienes que apuntar los platos que quieres y luego ir a pagar. Pues bien, siempre que vamos con la lista de platos, hay uno o dos que no tienen y tenemos que elegir otra cosa. Así que el día que tenga todo lo que queremos, haremos una fiesta.

- Escoba multiusos: Porque tener un trapo para limpiar las mesas y una escoba para barrer el suelo está pasado de moda. Aquí lo que se lleva es barrer las mesas con una escoba llena de mierda. Nota mental: nunca poner nada encima de las mesas del restaurante de comida china.

- Fumar mientras trabajas: En China, fumar es lo más normal del mundo y aunque haya carteles de “Prohibido fumar”, la gente fuma en todos lados. Obviamente, los trabajadores de la cantina no iban a ser menos y mientras te recogen los platos sucios, van con su cigarrito encendido.

- Canciones: En el restaurante western sólo tienen un disco de música y cada día ponen las mismas canciones. La más popular es “love story” de Taylor Swift. Nosotros ya nos la sabemos casi de memoria y estamos pensando planear un lipdub con los camareros del restaurante para final de curso. Tenemos 9 meses para preparar una buena coreografía.

Más anécdotas…en futuras entradas del blog! Sólo deciros que está semana Meri y yo hemos hecho una de las mejores inversiones desde que llevamos aquí. ¡Nos hemos comprado un router con wifi! Ahora internet nos funciona mejor y con el wifi podemos usar el whatsapp en nuestra habitación, así podemos estar más en contacto con vosotros.
Y después de esto, me despido porque ya me he enrollado bastante.

¡Muchos besos!


jueves, 6 de septiembre de 2012

De excursión al hospital


El otro día nos llamó nuestro querido coordinador (entiéndase la ironía) al teléfono de la habitación para decirnos que al día siguiente a las 9.30 de la mañana teníamos que quedar en el lobby para ir al hospital para repetirnos algunas pruebas médicas.  Cuando colgué estaba en shock, así que bajamos a hablar con él para que nos explicara detenidamente cuál era el problema.

Resulta que todos nos teníamos que repetir alguna que otra prueba. Yo, por suerte, solo tenía que repetirme el análisis de sangre, pero mi compañera de habitación Meri tenía que repetir todo porque en el centro médico de la UAB se habían olvidado de ponerle un sello. Desde aquí, ¡gracias!
Pero aquí no acaba lo divertido del asunto. Teníamos que pagar por volver a hacernos los tests y si mirabas la lista de personas que tenía el coordinador, te dabas cuenta que sólo los japoneses y los coreanos tenían todo bien. ¿Casualidad?

Además, teníamos que estar desde las 12 de la noche hasta vete-tu-a-saber-qué-hora sin comer ni beber nada.  Mi nivel de indignación y cabreo llegaba a límites inimaginables en ese momento.
Por la mañana del día siguiente nos levantamos para ir a clase, aunque teníamos la mente en el hospital y no parábamos de pensar dónde nos iban a llevar y qué nos iban a hacer. Fuimos al hospital en coche. Cabe destacar que íbamos 8 en un coche de 7 personas. ¡Viva la seguridad china!

Cuando llegamos tuvimos que hacer una cola bastante larga para hacernos una foto y pagar (aquí pagas por todo).  Luego volver a hacer cola para el análisis. Estaba un poco preocupada por la higiene del hospital porque los chinos tienen fama de no ser muy limpios pero tengo que reconocer que la mujer me ha sacado sangre mejor que muchos enfermeros españoles y sí, las agujas eran nuevas para cada persona. ¡Gracias a dios!

Lo más curioso/asqueroso de toda esta historia era lo de las muestras de orina. La gente tenía que ir al baño con un mini vasito de plástico  a hacer sus necesidades y luego entregarlo a una enfermera. Hasta aquí todo normal. Pero, hay que recordar que en China los lavabos son un agujero en el suelo dónde no hay papel higiénico, así que ya os podéis imaginar la odisea que puede ser eso para una chica.

Pero la historia no acaba aquí. Cuando entregaban el bote con la orina, la enfermera sólo recogía una muestra y el resto tenían que tirarlo en una papelera que estaba en el pasillo. ¡puagh!

Yo esta prueba no he tenido que hacerla pero desde aquí voy a hacer una mención especial a Meri porque ha tenido que pasar por todas las pruebas (radiografía, electrocardiograma, prueba de visión, ecografía, análisis de sangre y muestra de orina) y lo ha superado como una campeona. ¡Ole tú!
A las 12 del mediodía y después de 14 horas sin comer ni beber nada, estábamos medio desmayados, así que hemos ido a ponernos las botas en el restaurante “western” que tenemos en el campus.

En conclusión, ha sido un día duro, pero no os preocupéis, ¡sigo viva! Y no os preocupéis que seguiré dando noticias desde China siempre que internet me lo permita. 

Conectando desde China…


¡Ya tengo móvil chino! Aunque no ha sido fácil conseguirlo. Como ya os conté en la otra entrada, hace unos días estábamos paseando por una calle llena de tiendas y decidimos entrar a una tienda de telefonía “China Mobile” para preguntar cuánto nos costaría una tarifa baratita y el móvil más cutre del mercado.  El policía nada más vernos nos dijo “Hello” (lo único que sabía en inglés) y luego se nos puso a hablar en chino y no entendíamos nada. Al ver nuestras poker faces, le dijo a una chica que hablaba inglés que nos atendiera.  Después de pelearnos por entendernos, la conclusión a la que llegamos era que teníamos que ir con un amigo chino a comprarnos el móvil.

Al volver a la residencia, le preguntamos a unos chicos si aquello era verdad y nos dijeron que sí, que la persona china es como una garantía por si nosotros no pagamos. Así que el otro día fuimos con una chinita muy maja que se llamada Daniela (su nombre portugués) a comprarnos la tarjeta para el móvil.

Fuimos a una tienda pequeña dentro de nuestro campus y justo en la entrada tenían una pizarra con números de teléfonos y teníamos que elegir uno. Después escogíamos una tarifa para pagar al mes y por supuesto, cogimos la más barata que era de 18 yuanes (unos 2,25 euros) En esa tarifa te entran 30 min gratis al mes y 100 mensajes. ¡Aprended compañías telefónicas de España!

Hasta aquí todo parece sencillo. Lo lioso llega cuando nos dicen que tenemos que pagar 55 yuanes por el número, la tarjeta sim y una tarifa de internet que tenemos que cancelar a finales de noviembre. Además, si pagamos 100 yuanes no teníamos que volver a pagar hasta que se nos acabara el saldo, porque lo que no te gastas en un mes, se te pasa al mes siguiente. ¿Vosotros lo entendéis? Porque yo no mucho, pero ya veremos cómo sigue la cosa.

Como cortesía de la casa, nos regalaron un paraguas transparente con topos lilas (muy a la moda).
Después de todo este lio, ya teníamos número y tarjeta pero nos faltaba el teléfono en sí. Yo tenía uno que me había traído de casa pero me di cuenta de que, obviamente, al ser un teléfono español no puedo leer los caracteres chinos y me he tenido que comprar un cutre móvil (otro para la colección) por 199 yuanes que son unos 25 euros. ¡Y era el más barato! Así que eso de que en China los móviles están baratos es MENTIRA.

A modo de información: si alguien quiere llamarme, se puede comprar una tarjeta para llamar a China y pedirme el número. Son baratas, ¡así que espero llamadas! 

lunes, 3 de septiembre de 2012

Examen de nivel y primer día de clase


Ayer, domingo 2 de septiembre de 2012, teníamos el examen de nivel. Al principio yo pensaba que sería solo escrito pero el día de antes me enteré que también teníamos examen oral. Así que como podéis imaginar, estaba acojonada.  El examen no fue mal del todo, aunque tengo que reconocer que mi chino hablado es bastante pésimo. ¡Pero para eso estoy aquí! 

Al final conseguí que me pusieran en el nivel que quería. Sin embargo, el profesor ya me advirtió que ese nivel (intermedio 2) podía ser un poco difícil para mí. MIEDITO

Después teníamos que ir a hacernos una foto para el carnet de estudiante y la cosa fue más o menos así (os lo traduzco al español pero la conversación fue mitad en chino, mitad en inglés):

A. ¿Cuál es tu nombre chino?
B. No tengo todavía
A. Necesitas nombre chino
B. Bueno, mi nombre es Laura…
A. ¿Laura? Bien, es Lao la

Así que a partir de ahora me llamo oficialmente… (Redoble de tambores)

劳拉

La verdad es que después de la prueba de nivel me fui a casa bastante desmotivada y con la sensación de que iba a llorar mucho al día siguiente. Menos mal que las galletas de koala y unas cuantas partidas al UNO alegran a cualquiera en días como estos.

Hoy ha sido mi primer día de clase y no ha sido tan catastrófico como esperaba. ¡Creo que hemos elegido el nivel correcto!

Primera clase: CONVERSACIÓN. La clase se ha centrado básicamente en repetir frases que ella decía y luego hacer frases con algunas expresiones.  Éramos ciento y la madre porque ahora la gente va probando los diferentes niveles para decidir en cual se queda así que nos apoyábamos mutuamente. La profesora se ve simpática y más o menos voy entiendo algunas cosas de las que dice.

Segunda clase: REDACCIÓN. Ha sido una clase desastre. A la profesora no se le entiende prácticamente nada y nos ha tenido que explicar el ejercicio unas 10 veces. Pero me alegra pensar que más de la mitad de la clase iba tan perdida como yo.

De momento creo que sobreviviré aunque voy a tener que estudiar muchísimo y tendré que buscarme un amigo chino para practicar. De momento, siempre me quedará encender la tele para ir acostumbrando el oído y pedirle ayuda a un chico de kazakhstan que se llama Tuka,  tiene 18 años y es un crack!

Mi evolución en las clases, en futuras entradas al blog… que a partir de ahora me llamo ngl conversaciñoe estudiante y la cosa fue m

viernes, 31 de agosto de 2012

Is this real life?


Llevo aquí 5 días y sigo como el niño del famoso vídeo “David after Dentist”. ¿Esto es real? Pero empecemos por el principio: llegada al aeropuerto de Beijing.

Después de estar 9 horas y media metida en un avión, lo que me apetecía era salir a la calle, estirar las piernas y respirar un poco de aire fresco…pero para mi sorpresa, en el cielo había una especie de niebla, familiarmente conocida como “contaminación masiva que casi me perfora los pulmones”.

Allí en el aeropuerto cogimos un bus de 3 horas hasta Tianjin donde ya pudimos observar el estilo de conducción de nuestros amigos los chinos… ESTÁN TODOS LOCOS!  Cada vez que cruzo una calle, temo por mi vida. Hay coches, bicis y peatones en todas direcciones y esto parece la ciudad sin ley. Pero, hemos encontrado la manera de no morir atropellados: pegarnos a un chino que también vaya a cruzar y no separarse de él hasta que se acabe el paso de peatones.

Desde la estación de autobuses de Tianjin, cogimos un taxi hasta la residencia…y como nuevos habitantes europeos de esta ciudad, pagamos la novatada y nos clavaron con el taxi pero estábamos demasiado cansados y desorientados para quejarnos (y también felices por haber sobrevivido porque aquí se meten en contra dirección para adelantar con toda la tranquilidad del mundo).

La habitación y la residencia están bastante bien…aunque el tema internet ya es un mundo aparte.

La verdad es que el shock cultural es más fuerte de lo que esperaba porque la mayoría de los chinos no saben inglés y todos te miran por la calle y se ríen porque eres occidental. Además todavía no me oriento por la ciudad y no sé donde están muchas cosas, pero imagino que poco a poco me iré adaptando y la cosa irá a mejor (incluido mi nivel de chino).

Incluso para ir a comprar es toda una odisea. Por poner un ejemplo: ayer intentamos comprarnos unos teléfonos móviles y lo único que conseguimos fue que la chica nos dijera que para comprar un móvil teníamos que venir con un amigo chino. ¿Perdona?

Pero no todo va a ser malo. La comida es muy buena y muy barata. El primer día nos pusimos las botas con unos deliciosos platos y sólo pague 1,5 euros. Y ayer salimos un rato con los occidentales de la residencia y hemos estado visitando varios sitios (las fotos están en el sitio-prohibido-por-los-chinos), así que poco a poco creo que le voy a ir encontrando el encanto a está caótica ciudad.

Mañana tenemos examen de nivel (aunque nos han dicho que no sirve de nada), así que hoy toca estudiar un poquito y descansar porque a partir del lunes empieza la muerte. ¡Voy a llorar mucho en clase!  Pero ya os contaré cómo me va en mi primer día de clase en otra entrada del blog.

De momento me despido diciendo que os echo mucho de menos y que por suerte la diferencia horaria no me impide hablar con algunos de vosotros de vez en cuando.


¡Muchos besos desde Tianjin!

domingo, 26 de agosto de 2012

¿Preparada?

Parece mentira, pero ya llegó el día. Después de mi momento de crisis y de ponerme de los nervios con la maleta, ya está lista (o eso creo). También me he despedido de familiares y amigos...y ya sólo me queda ir al aeropuerto cargada de nervios, ilusión y un poco de tristeza por dejar a personas muy importantes en España y en Copenhague. Mañana va a ser un día largo, pero prometo dar señales de vida lo antes posible. 

No sé si estoy preparada para lo que me voy a encontrar, pero ya os iré contando mis aventuras y desventuras por el gigante asiático porque estoy segura que algunas de ellas serán dignas de mención. 

De momento no tengo mucho más que decir, así que me despido e intentaré ir actualizando el blog con frecuencia (aunque no prometo nada). 

!Os voy a echar mucho de menos!

CHINA, HERE I GO! 

miércoles, 9 de mayo de 2012

Probando...

¡1, 2....Probando, probando! Bueno, parece que esto funciona. El problema es que yo no sé muy bien como va todavía (pero lo conseguiré). 

Algunos os preguntaréis que por qué he creado este blog y la respuesta es bien sencilla: ¡quiero daros envidia cuando me vaya a China! Pero no os preocupéis, también haré alguna entrada sobre lo mucho que estoy llorando porque tengo que estudiarme cientos de caracteres y porque no entiendo a nadie cuando me habla. 

Sobre el título, ¿qué decir? Me voy a Tianjin. Sí, sí, estáis leyendo bien, Tianjin. Y lo pongo así, en grande y en el título para que a nadie se le olvide y porque no quiero volver a vivir conversaciones como ésta: 
- ¡Me voy a China!
+ ¿A China? ¿Dónde?
- A Tianjin 
(poker face)
- Cerca de Pekín
+ ¡Ah genial!

Hasta aquí todo normal. Pero, dejadme explicaros que es lo que realmente entiende esa persona cuando le hablo de mi próxima aventura por tierras asiáticas: 
-¿A China? ¿Dónde?
- A Tianjin, cerca de Pekín

¡Zasca! El oyente sólo capta algo sobre Pekín y se piensa que voy a vivir allí, pero no amigos, no os equivoquéis. Además, ¿nunca habéis pensado lo cool que quedaréis cuando habléis con vuestros amigos, conocidos, familiares...y les digáis que habéis estado en Tianjin?

Como cortesía de la casa, os dejo un mapa con la ubicación de Tianjin para que os vayáis familiarizando con vuestro próximo destino de viaje (guiño, guiño).





Y eso es todo de momento. Cuando llegue a China ya os iré informando de cómo me va por allí. Bye, bye y hasta otro ratito ¿eh?

O como dirían en China...再见!