domingo, 30 de septiembre de 2012

Es todo mentira


Nos engañan. Nos dicen que los chinos son muy trabajadores, pero lo único que hacen es estar en su puesto de trabajo sin hacer prácticamente nada. Hacen turnos de no sé cuantas horas y lo único que consiguen es que, cuando llegas a casa por la noche, veas al chico de seguridad de nuestro campus durmiendo en su silla y a la chica de recepción apoyada sobre un cojín también “descansando las ideas”.

¿Qué decir sobre las chicas? En las películas chino-japonesas, vemos a chicas trabajadoras, que cuidan mucho su imagen y que todos los hombres las desean. ERROR.  Cuando las ves por la calle con sus modelitos (moda china) piensas: ¡Oh, que mona! Pero de repente… PAM. ¡Levantan los brazos y ves que tienen unos pelos tan largos que casi los llegan al suelo! Quiero pensar que no es algo 100% extendido y que la mayoría de chinas se depilan…porque es realmente desagradable.

“Los chinos comen muy sano”. Tampoco es del todo cierto. Es verdad que cocinan con muchas verduras y que si sabes elegir bien los platos, son bastante sanos. Pero, cuando quieres comer un poco occidental, lo único que encuentras es pollo rebozado a lo KFC, hamburguesas, patatas fritas, pizzas, pasta… Es lo único que han importado de nuestra comida. Así que la única solución para no volver a casa rodando, es comprar comida en el supermercado y cocinar. (Aunque tengo que reconocer que a veces da mucha pereza porque sabes que a 500 metros de tu residencia puedes comer por 2 euros)


En especial, somos fans del restaurante chino de la tercera planta. El problema es que la carta está en chino (obvio) y no entendemos ná. Conocemos 4-5 platos que nos gustan y son los que siempre pedimos. ¡Pero comer siempre lo mismo es aburrido! Por eso, de vez en cuando, decidimos innovar. ¿Que cómo lo hacemos? Bien fácil, cogemos la carta, levantamos un dedo, echamos un vistazo rápido y decimos…

- ¡ESTE MISMO!

De golpe, uno de nosotros suelta:
- No, ¡que este lleva el carácter de picante!
- Ah cierto. Pues este otro entonces.

Y así es como vamos probando platos nuevos. Ya hemos probado platos que te ardían en la boca como fuego, otros que eran bastante comibles… Pero el mejor de todos fue un plato que estaba lleno de ajos enteros salteados y cuatro trocitos de carne. Nuestra cara cuando nos trajeron el plato era digna de ver. Lo mejor de todo fue que cuando elegimos el plato, yo estaba convencida que uno de los caracteres que aparecían, lo habíamos estudiado pero no me acordaba del significado. A partir de ahora, puedo prometeros que NUNCA OLVIDARÉ EL CARÁCTER DE AJO.

Además, quiero añadir el amor que le tienen los chinos a comer con palillos. Ayer, tuvimos una cena en nuestra residencia que preparaba nuestra universidad para todos los estudiantes internacionales. Aparte de que te traían platos salados y dulces todo mezclado. Comías arroz, te traían sandía y pasteles y de golpe, te volvían a traer tallarines, sopas… Quiero destacar el hecho de que tuvimos que comer patatas fritas y nuggets con palillos.

#soyfan
Desde aquí quiero hacer una campaña para extender el uso de palillos con cuchillo y tenedor en el otro extremo como en esta foto. 

martes, 25 de septiembre de 2012

Lao La, manos de mantequilla


Todo empezó una maravillosa noche. Habíamos comprado en el supermercado para cenar revoltijo de patata frita y huevo (cena saludable donde las haya, ¿eh?). Todo iba a la perfección: la cena se hizo todo lo rápido que nos permite el fuego y nos disponíamos a ir a mi habitación con todos los cacharros para cenar y después, fregarlos.  Como buenos ahorradores, decidimos guardar en un vaso el aceite de oliva que nos había sobrado para reutilizarlo otro día. ¿Pero qué pasó? Al verter el aceite de la sartén al vaso, éste se quedó un poco mojado y yo, al cogerlo, lo vertí entero encima de mi mesa. Por suerte, no manchó ni el ordenador ni los libros. Así que todo quedó en un susto y en una anécdota divertida que contar en un futuro.

Pero, el destino no ha querido que esto acabe aquí.

El lunes en clase, estaba muertísima de sueño y decidí comprarme un café (llámalo café, llámalo agua sucia con cafeína). Como todo café de máquina, estaba ardiendo así que lo deje encima de la mesa mientras seguíamos la clase para que se enfriara. Cuando faltaban 5 minutos para acabar la clase, sin querer le di un golpe al vaso y lo tiré entero. ¡Ole yo! 

Volví a tener suerte y el café manchó un poco de la mesa y principalmente cayó al suelo. La rusa de delante tuvieron suerte de la separación que hay entre mesa y mesa porque sino la hubiese bañado entera de café. Obviamente, me metí el susto de mi vida y di un grito medio ahogado y toda la clase se me quedó mirando. Muerta de vergüenza, comencé a limpiar la mesa con pañuelos que Mark y Meri me iban dejando. Para acabar de rematar la jugada, la profesora me suelta: “En el lavabo hay una fregona”.

Así que sí, amigos, después de clase, fui a coger la fregona y me puse a limpiar el suelo. Próximamente pruebas gráficas en facebook de este momento. Mark, ¡yo también te quiero!

Tengo que añadir a todo esto (y para que os acabéis de reír de mi) que los rusos ya me tienen calada. Esta mañana he vuelto a comprarme un café entre clase y clase. Cuando he entrado en el aula, el ruso se me ha quedado mirando en plan “oh dios, vuelve con un café” y le ha dado un golpecito a la chica para que me mirara. He colocado el café encima de la mesa y se han girado para mirarme. Así que les he dicho: “Hoy no voy a volver a tirar el café ¿eh?”

Nota informativa: ¡¡NO SE ME HA CAÍDO EL CAFÉ!! Pero ya tengo la fama ganada… ¡qué remedio!

Más capítulos sobre Lao La manos de mantequilla, esperemos que dentro de mucho tiempo…

jueves, 20 de septiembre de 2012

Señora, tokedekeda y otras historias...


El sábado pasado teníamos la renovación del visado y teníamos que levantarnos a las 8 de la mañana porque a las 9 había que estar abajo. Yo pensaba que tendríamos que ir a la policía renovarlo pero al final nos lo hicieron en la misma residencia. En el restaurante de la segunda planta montaron todo el “tinglado”. Primero de todo teníamos que pagar 460 yuanes y dárselos a Li Peng. Obviamente, casi todo el mundo pagaba 500 yuanes porque no lo teníamos justo y OBVIAMENTE, esperábamos el cambio…pero NO. El tío con todo su morro se apuntaba lo que pagaba cada uno y nos dijo que nos lo devolvería cuando nos devolvieran el visado. Además, el colega riéndose con cara de tonto suelta: “Me da miedo tener tanto dinero junto”. A lo que una italiana que se llama Mary le suelta: “No, tú no tienes miedo de dinero”. ¡TÚ SÍ QUE VALES, MARY!

Después de pagar (eso siempre lo primero), nos hicieron una foto. ¡Salgo taaaaan mal! Me han dicho que parezco una prisionera de Guantánamo, así que imaginaros lo bella que salgo.
Como os prometí en la entrada anterior, hoy voy a dedicar unas líneas a nuestro queridísimo coordinador, el señor Li Peng.

Este personajillo que tenemos como coordinador nos tiene mareados: ahora traedme el pasaporte, ahora venidlo a buscar, os tenéis que repetir las pruebas médicas, venid a buscar el carnet de estudiante… Realmente creemos que ocupa ese puesto porque habla inglés, porque enterarse, no se entera mucho. En el fondo, sabemos que nos quiere/odia porque de vez en cuando vamos a visitarlo y avasallarlo con preguntas o pedidos. ¿Que cómo se que poco a poco le vamos gustando? Porque ayer nos lo encontramos por el pasillo y nos dijo “hola” en español. ¡ESTÁ APRENDIENDO ESPAÑOL POR NOSOTROS! Y sabemos que cuando no vamos a verlo, nos echa de menos.

Las clases siguen como siempre: estudiar, morir en clase, estudiar… Y quien dice estudiar, dice estar todo el día buscando palabras nuevas en los diccionarios. Pero siempre hay algún momento divertido en clase que hace que no sean tan duras.
Por ejemplo, el otro día estábamos en clase de la “señora” o “cavallina” y comenzó a hablar más rápido que un caballo de carreras. Más o menos entendimos que teníamos que ir a la página donde estaba el vocabulario de la nueva lección y que lo iba a leer. También pensamos que ella iba a leer la palabra primero y nosotros teníamos que repetir después. La cosa fue así:

Señora: 差不多(Cha bu duo)

Clase: 差不多(Cha bu duoooo)

De repente, la mujer se comenzó a partir de risa diciéndonos que no teníamos que repetir lo que decía ella como niños pequeños, que sólo iba a leer el vocabulario. 

SANTA PACIENCIA LA DE ESTA SEÑORA CON NOSOTROS

Hoy, estábamos en clase de ‘Listening’ y cuando empezamos una lección nueva, hay una lista de vocabulario. Nuestro querido profesor es taaaaan simpático que siempre hace leer a los mismos, entre ellos los西班牙(es decir, los españoles, más concretamente, Meri, Mark y yo). Como siempre que leemos una palabra, nos la hace repetir unas cuantas veces porque, o bien decidimos mal los tonos, o bien no pronunciamos bien las letras. Pues bien, hoy me tocaba leer a mí y resulta que no me escuchaba bien y de repente me dice: STAND UP. Mi cara de WHAAAAAAAAT? Ha sido mortal, casi me da algo y toda la clase se ha quedado flipando también. Al final he leído bien las palabras y me he vuelto a sentar. Varias personas han continuado leyendo la lista de palabras y a dos de ellas les ha hecho levantarse también, así que, para otra vez, me quedo más tranquila.


Como nota informativa sobre el conflicto chino-japonés: No sabemos gran cosa, sólo lo que leemos en los periódicos españoles, pero podéis estar tranquilos porque por aquí no se oye mucho jaleo. Además, el problema lo tienen con los japoneses. Hemos tenido 3 días de toque de queda por seguridad pero como habéis podido ver en facebook, nos lo hemos tomado un poco a cachondeo y cada noche nos hacíamos una foto diferente a cual más friki. Lo bueno es que cada día éramos más en la foto y lo mejor de todo es que… ¡ya somos libres!

viernes, 14 de septiembre de 2012

¡Oh, Dios mío!


Después de 2 semanas de clase, es lo único que puedo decir. La primera semana fue “relajada” porque la gente iba probando de un grupo a otro. Sin embargo, esta semana ya ha sido diferente.  Más estudio, más deberes, más sueño…más de todo.  Os voy a hacer una breve introducción de cada una de las clases y profesores que tenemos:

- Jingdu, o lo que viene siendo gramática y redacción. Estar en esta clase es como morir lentamente. La profesora, bautizada como ‘la señora’, es una mujer mayor muy adorable pero a la que nadie entiende.  A la pobre mujer la tenemos desesperada porque ya no sabe qué hacer para que la entendamos. Además, como no teníamos suficiente con preparar los textos para la clase siguiente, ahora le ha dado por mandarnos millones de deberes. ¡Yupi!

- kouyu (conversación): Pensaba que iba a ser la peor clase de todas porque mi nivel de chino hablado es pésimo no, lo siguiente, pero la verdad es que lo estoy llevando mejor de lo que pensaba básicamente porque la clase se basa en leer en voz alta las frases del texto todos juntos y luego hacer frases de gramática. De la profesora, ¿qué decir? Es encantadora, siempre viste estupendísima y cuando dices algo mal, te corrige riendo. Desde aquí, y como ha dicho Mark en su blog (Relatos de un tal Make), me declaro FAN de esta mujer.

Yuedu (comprensión lectora): En la clase vamos sobreviviendo y el profesor habla bastante lento y se ve simpático. El problema llega cuando llegamos a casa y tenemos que preparar los textos para el día siguiente. Son textos de 10 líneas o menos pero tardo como media hora en preparar cada uno porque conozco 2 de cada 10 palabras. Ahora estaréis pensando que debería irme al nivel básico pero es que las palabras de estos textos son dignas de mención: brújula, marca de agua, astronomía… Vamos, ¡lo más básico de un idioma!

- Tingli (Listening): En esta clase voy a morir mucho. El profesor, resulta que está bautizado como…

明白老师 (mingbai laoshi)  

明白significa ‘entender’ y 老师 ‘profesor’. ¿Por qué este nombre? Porque se pasa toda la clase preguntándonos: ¿Lo entendéis? Todos contestan que sí pero yo la verdad es que no me entero de prácticamente nada. Así que cuando salgo de esta clase, estoy deprimida porque me doy cuenta de que mi chino es una mierda. Pero a base de palos se aprende.

En conclusión, mi día se centra en ir a clase, comer y estudiar. Me paso la vida buscando nuevas palabras en el diccionario y a este paso llegaré a las 1000 palabras nuevas en un mes (mínimo). Estamos todos un poco cansado de estar todo el día así y hemos llegado a la conclusión de que tenemos ‘resaca de caracteres’.  Hemos buscado ya tantos caracteres y palabras nuevas, que estamos saturados. Lástima que no haya un remedio para este tipo de resaca como el de ‘noches de desenfreno, mañanas con ibuprofeno’; así que lo único que podemos hacer es sobrellevarlo como podamos y mientras tanto, seguir buscando palabras nuevas. ¡Porque esto es un no parar!

Pero no todo es estudiar, también vivimos momentos curiosos dónde no sabes si reír, llorar y momentos en los que te quedas en shock absoluto. Aquí os dejo algunos ejemplos:

a)      Caso curioso 1: la señora gritona. El otro día íbamos Mark, Meri y yo al supermercado (sí, otra vez). Íbamos tan felizmente caminando cuando de repente escuchamos un grito AAAAHAAAA. ¡Menudo susto nos llevamos! Comenzamos a mirar alrededor para ver de donde procedía ese sonido y vimos a una mujer en medio de la calle haciendo una clase de ejercicio donde doblaba las piernas a la vez que gritaba. Después de 2 minutos haciendo esto, hizo un movimiento rollo espiritual y siguió su camino.

b)      Caso curioso 2: ¿cuántos años tienes? Sí amigos, yo en este país me pregunto cuántos años tienen los estudiantes de esta nuestra maravillosa universidad. Os estaréis preguntando el porqué. Pues bien, la cosa viene porque he visto a gente saltando a la cuerda,  llevan ropa y material escolar infantil… [Quiero aclarar que el hecho de que yo tenga material escolar infantil es porque soy una friki pero que no lo considero una cosa normal para ser una universitaria de 23 años].

c)       Caso curioso 3: foto de grupo.  El martes tuvimos la presentación oficial del curso y también nos hicimos una foto de grupo. A las 8 de la mañana teníamos que estar enfrente del edificio donde hacemos clases y allí había montado una especie de tarima con diferentes niveles. De repente, un señor nos comenzó a hablar en chino y a  dividirnos entre chicos y chicas. Después, de más alto a más bajo en diferentes filas. Cuando ya nos tenían a todos en unas 6-7 filas, comenzamos a subir a la tarima. Pero no como nosotros quisiéramos. Primero los chicos en la parte de arriba y luego todas nosotras (en plan sumisión al hombre). Estuvimos como 10 minutos para colocarnos porque nos hacían cambiar de fila cada dos por tres. Yo estaba en la punta y estaba temiendo por mi vida porque aquella tarima no se veía muy segura.  Cuando ya estábamos todos colocados, el fotógrafo loco comenzó a gritar: ¡Uno, dos, trespreparadoooooos! Lo que en chino viene siendo: , , 准备(yi, er, san, zhunbeeeeeeei) Ya tenemos cachondeo asegurado cada vez que nos hagamos una foto.

Mañana tenemos la renovación del visado, así que ya os contaré como va y también escribiré unas líneas sobre nuestro maravilloso coordinador Li Peng.

明白吗?

(¿Entendido?)

domingo, 9 de septiembre de 2012

Experiencias del día a día


Después de casi 2 semanas aquí, todavía me sigo sorprendiendo de muchas cosas (y lo que me queda) porque está gente está media loca. Pero poco a poco me voy acostumbrando a la vida aquí y el hecho de vivir en una residencia llena de occidentales, ayuda a sobrevivir en esta ciudad.  Para que os hagáis una idea de cómo es mi día a día aquí, os voy a contar alguna que otra anécdota:

Supermercados: Nos encantan. Nos pasamos la vida en ellos. Generalmente vamos a dos; Tesco y Century Mart. Los dos tienen cosas muy curiosas pero cabe destacar algunos de los productos que hemos encontrado en Tesco.

- Alitas de pollo a granel: Una caja enorme llena de alitas de pollo y los chinos cogen y tocan las que quieren. Si la que han cogido no les convence, la sueltan y prueban con otra.

-Oreos de colores: Porque en España somos muy aburridos. ¿Qué es eso de tener solo un sabor para las oreos? Aquí tienen de todo: menta, arándanos, melocotón, naranja, pastel de cumpleaños… Todavía no me he atrevido a probarlos, pero tiempo al tiempo.

-Pastas gallo: Dentro del supermercado hay un pasillo dedicado a productos internaciones y allí encontramos Pastas Gallo, para sentirnos como en casa. Aunque es un poco más caro que en España.

- Peces leprosos: ¡Juro que nunca comeré pescado en este país! Aquí está muy de moda tener a los peces vivos en peceras dónde puedes elegir el que más te guste. Sin embargo, algunos de ellos están flotando muertos entre los otros y algunos tienen manchas raras en la piel que me hace dudar de lo bueno que puede ser ese pescado. En el fondo, después de ver los ríos y lagos de esta ciudad, entiendo que haya peces así.

Restaurantes: Al lado de nuestra residencia, hay un edificio de 3 plantas con diferentes restaurantes. En la primera planta puedes comer comida china (aunque nos han recomendado que no vayamos). La segunda también es de comida china en plan self-service, buena y barata. En la tercera planta es donde vamos más. Hay un  restaurante “western style” que está bastante bien y es baratillo. Como siempre, hay cosas “graciosas” para contar:

- La señora que cobra: En el restaurante de comida occidental, siempre está la misma señora cobrando. Porque allí tienes que apuntar los platos que quieres y luego ir a pagar. Pues bien, siempre que vamos con la lista de platos, hay uno o dos que no tienen y tenemos que elegir otra cosa. Así que el día que tenga todo lo que queremos, haremos una fiesta.

- Escoba multiusos: Porque tener un trapo para limpiar las mesas y una escoba para barrer el suelo está pasado de moda. Aquí lo que se lleva es barrer las mesas con una escoba llena de mierda. Nota mental: nunca poner nada encima de las mesas del restaurante de comida china.

- Fumar mientras trabajas: En China, fumar es lo más normal del mundo y aunque haya carteles de “Prohibido fumar”, la gente fuma en todos lados. Obviamente, los trabajadores de la cantina no iban a ser menos y mientras te recogen los platos sucios, van con su cigarrito encendido.

- Canciones: En el restaurante western sólo tienen un disco de música y cada día ponen las mismas canciones. La más popular es “love story” de Taylor Swift. Nosotros ya nos la sabemos casi de memoria y estamos pensando planear un lipdub con los camareros del restaurante para final de curso. Tenemos 9 meses para preparar una buena coreografía.

Más anécdotas…en futuras entradas del blog! Sólo deciros que está semana Meri y yo hemos hecho una de las mejores inversiones desde que llevamos aquí. ¡Nos hemos comprado un router con wifi! Ahora internet nos funciona mejor y con el wifi podemos usar el whatsapp en nuestra habitación, así podemos estar más en contacto con vosotros.
Y después de esto, me despido porque ya me he enrollado bastante.

¡Muchos besos!


jueves, 6 de septiembre de 2012

De excursión al hospital


El otro día nos llamó nuestro querido coordinador (entiéndase la ironía) al teléfono de la habitación para decirnos que al día siguiente a las 9.30 de la mañana teníamos que quedar en el lobby para ir al hospital para repetirnos algunas pruebas médicas.  Cuando colgué estaba en shock, así que bajamos a hablar con él para que nos explicara detenidamente cuál era el problema.

Resulta que todos nos teníamos que repetir alguna que otra prueba. Yo, por suerte, solo tenía que repetirme el análisis de sangre, pero mi compañera de habitación Meri tenía que repetir todo porque en el centro médico de la UAB se habían olvidado de ponerle un sello. Desde aquí, ¡gracias!
Pero aquí no acaba lo divertido del asunto. Teníamos que pagar por volver a hacernos los tests y si mirabas la lista de personas que tenía el coordinador, te dabas cuenta que sólo los japoneses y los coreanos tenían todo bien. ¿Casualidad?

Además, teníamos que estar desde las 12 de la noche hasta vete-tu-a-saber-qué-hora sin comer ni beber nada.  Mi nivel de indignación y cabreo llegaba a límites inimaginables en ese momento.
Por la mañana del día siguiente nos levantamos para ir a clase, aunque teníamos la mente en el hospital y no parábamos de pensar dónde nos iban a llevar y qué nos iban a hacer. Fuimos al hospital en coche. Cabe destacar que íbamos 8 en un coche de 7 personas. ¡Viva la seguridad china!

Cuando llegamos tuvimos que hacer una cola bastante larga para hacernos una foto y pagar (aquí pagas por todo).  Luego volver a hacer cola para el análisis. Estaba un poco preocupada por la higiene del hospital porque los chinos tienen fama de no ser muy limpios pero tengo que reconocer que la mujer me ha sacado sangre mejor que muchos enfermeros españoles y sí, las agujas eran nuevas para cada persona. ¡Gracias a dios!

Lo más curioso/asqueroso de toda esta historia era lo de las muestras de orina. La gente tenía que ir al baño con un mini vasito de plástico  a hacer sus necesidades y luego entregarlo a una enfermera. Hasta aquí todo normal. Pero, hay que recordar que en China los lavabos son un agujero en el suelo dónde no hay papel higiénico, así que ya os podéis imaginar la odisea que puede ser eso para una chica.

Pero la historia no acaba aquí. Cuando entregaban el bote con la orina, la enfermera sólo recogía una muestra y el resto tenían que tirarlo en una papelera que estaba en el pasillo. ¡puagh!

Yo esta prueba no he tenido que hacerla pero desde aquí voy a hacer una mención especial a Meri porque ha tenido que pasar por todas las pruebas (radiografía, electrocardiograma, prueba de visión, ecografía, análisis de sangre y muestra de orina) y lo ha superado como una campeona. ¡Ole tú!
A las 12 del mediodía y después de 14 horas sin comer ni beber nada, estábamos medio desmayados, así que hemos ido a ponernos las botas en el restaurante “western” que tenemos en el campus.

En conclusión, ha sido un día duro, pero no os preocupéis, ¡sigo viva! Y no os preocupéis que seguiré dando noticias desde China siempre que internet me lo permita. 

Conectando desde China…


¡Ya tengo móvil chino! Aunque no ha sido fácil conseguirlo. Como ya os conté en la otra entrada, hace unos días estábamos paseando por una calle llena de tiendas y decidimos entrar a una tienda de telefonía “China Mobile” para preguntar cuánto nos costaría una tarifa baratita y el móvil más cutre del mercado.  El policía nada más vernos nos dijo “Hello” (lo único que sabía en inglés) y luego se nos puso a hablar en chino y no entendíamos nada. Al ver nuestras poker faces, le dijo a una chica que hablaba inglés que nos atendiera.  Después de pelearnos por entendernos, la conclusión a la que llegamos era que teníamos que ir con un amigo chino a comprarnos el móvil.

Al volver a la residencia, le preguntamos a unos chicos si aquello era verdad y nos dijeron que sí, que la persona china es como una garantía por si nosotros no pagamos. Así que el otro día fuimos con una chinita muy maja que se llamada Daniela (su nombre portugués) a comprarnos la tarjeta para el móvil.

Fuimos a una tienda pequeña dentro de nuestro campus y justo en la entrada tenían una pizarra con números de teléfonos y teníamos que elegir uno. Después escogíamos una tarifa para pagar al mes y por supuesto, cogimos la más barata que era de 18 yuanes (unos 2,25 euros) En esa tarifa te entran 30 min gratis al mes y 100 mensajes. ¡Aprended compañías telefónicas de España!

Hasta aquí todo parece sencillo. Lo lioso llega cuando nos dicen que tenemos que pagar 55 yuanes por el número, la tarjeta sim y una tarifa de internet que tenemos que cancelar a finales de noviembre. Además, si pagamos 100 yuanes no teníamos que volver a pagar hasta que se nos acabara el saldo, porque lo que no te gastas en un mes, se te pasa al mes siguiente. ¿Vosotros lo entendéis? Porque yo no mucho, pero ya veremos cómo sigue la cosa.

Como cortesía de la casa, nos regalaron un paraguas transparente con topos lilas (muy a la moda).
Después de todo este lio, ya teníamos número y tarjeta pero nos faltaba el teléfono en sí. Yo tenía uno que me había traído de casa pero me di cuenta de que, obviamente, al ser un teléfono español no puedo leer los caracteres chinos y me he tenido que comprar un cutre móvil (otro para la colección) por 199 yuanes que son unos 25 euros. ¡Y era el más barato! Así que eso de que en China los móviles están baratos es MENTIRA.

A modo de información: si alguien quiere llamarme, se puede comprar una tarjeta para llamar a China y pedirme el número. Son baratas, ¡así que espero llamadas! 

lunes, 3 de septiembre de 2012

Examen de nivel y primer día de clase


Ayer, domingo 2 de septiembre de 2012, teníamos el examen de nivel. Al principio yo pensaba que sería solo escrito pero el día de antes me enteré que también teníamos examen oral. Así que como podéis imaginar, estaba acojonada.  El examen no fue mal del todo, aunque tengo que reconocer que mi chino hablado es bastante pésimo. ¡Pero para eso estoy aquí! 

Al final conseguí que me pusieran en el nivel que quería. Sin embargo, el profesor ya me advirtió que ese nivel (intermedio 2) podía ser un poco difícil para mí. MIEDITO

Después teníamos que ir a hacernos una foto para el carnet de estudiante y la cosa fue más o menos así (os lo traduzco al español pero la conversación fue mitad en chino, mitad en inglés):

A. ¿Cuál es tu nombre chino?
B. No tengo todavía
A. Necesitas nombre chino
B. Bueno, mi nombre es Laura…
A. ¿Laura? Bien, es Lao la

Así que a partir de ahora me llamo oficialmente… (Redoble de tambores)

劳拉

La verdad es que después de la prueba de nivel me fui a casa bastante desmotivada y con la sensación de que iba a llorar mucho al día siguiente. Menos mal que las galletas de koala y unas cuantas partidas al UNO alegran a cualquiera en días como estos.

Hoy ha sido mi primer día de clase y no ha sido tan catastrófico como esperaba. ¡Creo que hemos elegido el nivel correcto!

Primera clase: CONVERSACIÓN. La clase se ha centrado básicamente en repetir frases que ella decía y luego hacer frases con algunas expresiones.  Éramos ciento y la madre porque ahora la gente va probando los diferentes niveles para decidir en cual se queda así que nos apoyábamos mutuamente. La profesora se ve simpática y más o menos voy entiendo algunas cosas de las que dice.

Segunda clase: REDACCIÓN. Ha sido una clase desastre. A la profesora no se le entiende prácticamente nada y nos ha tenido que explicar el ejercicio unas 10 veces. Pero me alegra pensar que más de la mitad de la clase iba tan perdida como yo.

De momento creo que sobreviviré aunque voy a tener que estudiar muchísimo y tendré que buscarme un amigo chino para practicar. De momento, siempre me quedará encender la tele para ir acostumbrando el oído y pedirle ayuda a un chico de kazakhstan que se llama Tuka,  tiene 18 años y es un crack!

Mi evolución en las clases, en futuras entradas al blog… que a partir de ahora me llamo ngl conversaciñoe estudiante y la cosa fue m