Estas
semanas he estado un poco desconectada del blog pero es que, os seré sincera,
me daba pereza escribir y también he estado bastante ocupada. Principalmente,
hay 4 cosas “importantes” que contar, así que allá vamos:
1.
Cena-tandem
El
jueves de hace 2 semanas quedamos con las chinitas con las que Meri, Mark y yo
hacemos tándem para ir a cenar 火锅 (huoguo- olla mongola). Por si no os lo había
contado (que creo que no), cada miércoles y cada domingo quedamos con tres
chicas que estudian español para practicar nuestro “pésimo” chino y ayudarlas
con su español. Aquí en China es muy común que la gente que estudia idiomas
elija un nombre en ese idioma porque piensan que así será más fácil de recordar
para las personas hablantes de ese idioma. Pues bien, si ya os hizo gracia que
mi nombre fuera Lao la, los nombres de estas chicas tampoco tienen desperdicio:
Vera, Gloria y Delfina. Si me preguntáis el porqué de esa elección, no tengo ni
p*** idea porque fonéticamente no se parece en nada a su nombre real. ¡Pero así
son los chinos!
Pero
bueno, volvamos a la historia. Quedamos con ellas a las 7 para ir a un
restaurante a comer olla mongola, que consiste en una especie de olla en medio
de la mesa con caldo y puesta encima de un fuego para que se caliente. Luego,
pides diferentes platos (que te los traen crudos) y tienes que ir metiéndolos
en la olla para que se hagan. Está realmente bueno, pero, si lo piensas
fríamente, es un poco asqueroso porque en la misma olla, y sin cambiar el
caldo, metes carne, verdura, pescado, tofu….pero oye, ¡sigo viva! El mejor
momento de la noche fue cuando Gloria le pregunta a Mark:
- Laura come muy poco, ¿por qué Laura come tan
poco?
A
todo esto, no paraban de ponerme comida en el plato y yo me la iba comiendo
toda y además se lo dijo como medio susurrando pero, obviamente, yo lo escuché,
así que imaginaros mi cara de “queestádiciendoestatia”. Para rematar el momento le vuelve a comentar
a Mark.
- ¿Laura come carne?
WHAT THE FUCK. Llevo media
hora comiendo carne, y ¿ahora le preguntas que si como carne? En fin, aparte de
este momento, la noche transcurrió sin percances y nos salió muy bien de
precio. Pagamos 45 yuanes cada uno y nos pusimos las botas.
2.
F*** ME, I’M FAMOUS (Spanish
Class Version)
Vera,
una de las chicas chinas con las que hacemos tandem, nos preguntó el día de la
cena (véase punto anterior) si la podíamos ayudar a cocinar algo típico español
para una clase de acto/reunión de estudiantes de español que había el miércoles
siguiente. Nosotros, obviamente, le dijimos que estaríamos encantados de
ayudarla. Así que el miércoles, quedamos
con ella en nuestra residencia para preparar 2 tortillas de patatas (porque en
sus residencias no tienen cocinas…). Hasta aquí todo normal, ella compró los
huevos y las patatas y nosotros preparamos las tortillas mientras ella nos
corregía la exposición oral que teníamos que hacer ese viernes.
Después
fuimos con ella al edificio donde hacemos clase para asistir a la reunión de
estudiantes de español sin saber muy bien qué nos íbamos a encontrar. Nada más
llegar vimos que la clase estaba llena de chinos y que no cabía un alma allí
dentro pero Vera, insistió en que entráramos. Muertos de vergüenza, entramos en
el aula y….todos los chinos que había nos comenzaron a aplaudir, a chillar, a
hacernos fotos y los de primera fila se levantaron para que nos sentáramos. ¡Nos estaban esperando porque éramos
los invitados de honor! Tanto Meri como Mark y yo comenzamos a partirnos
de risa por lo surrealista de la situación y porque nos estábamos muriendo de vergüenza.
Fue un tierra trágame en toda regla. Vera, mientras
tanto, se estaba partiendo también al ver nuestras caras y yo, si no fuera tan
sumamente encantadora, la hubiese matado en ese momento. Pero tengo que
reconocer que #soyfan de esta chica.
De
golpe, una chica comenzó a cantar una canción lenta en español y yo no podía
parar de reírme mientras una china me comenzó a hablar tan cerca que pensaba
que me comía la oreja. La conversación fue más o menos así:
- En
España, ¿el clima es más “serca”?
-
¿Más “serca”? (Poker face)
-
Sí, cuando hay poco agua en el aire.
- ¡Ah!
¿Más seco?
A
partir de ahí, más chinos salieron a bailar, cantar…y además nosotros tuvimos
que participar también. Éramos los capitanes de 3 equipos y teníamos que hacer
mímica para que los chinos de nuestro equipo adivinaran palabras tan básicas
como “auscultar”, “asearse”… (entiéndase
la ironía)
Al
final, nos dieron unos regalos (una cuerda para saltar, un hula-hop y una
indiaca) y nuestras tortillas fueron un auténtico éxito. Así que al final la cosa fue mejor de
lo que esperábamos!
3.
Examen
de kouyu
O lo
que viene siendo nuestra clase de oral. Nuestro examen consistía en hacer una
representación en medio de la clase de una historia en grupos. Mark, Meri y yo
pensamos en hacer “La caperucita roja” con un final alternativo: caperucita
sabía kungfu y mataba al lobo de una patada. Peeeeero, nos enteramos que otro
grupo hacía el mismo cuento, así que para no ser repetitivos decidimos cambiar
y elegimos hacer “La leyenda de
Sant Jordi”. EL reparto de personajes fue así:
Mark:
profesor (porque al principio hacíamos una breve introducción de la fiesta),
narrador y Sant Jordi. Para ser de profe iba con unas gafas de pasta y lo mejor
vino cuando tuvo que hacer de Sant Jordi porque se puso una olla en la cabeza y
llevaba una tapa como escudo y un cuchillo cutre como espada. ¡Auténtico!
Meri:
la alumna lista y pelota de clase, reina (con corona y cetro real incluido) y
dragón, que consistía en ponerse una sudadera verde.
Yo
misma: alumna tonta de la clase que no sabía dónde estaba Cataluña, gente
del pueblo que tenía que hacer reverencias cada vez que quería hablar con la
reina y princesa (con corona incluida)
Además
compramos una rosa de peluche y usamos mi pañuelo rojo como la sangre del
dragón. Se nos fue mucho la pinza pero fue muy divertido prepararlo.
La representación
fue todo un éxito y la gente no paraba de reírse. Pero todavía no sabemos la
nota, así que esperemos que a la profesora le haya gustado tanto como al resto
de la clase.
4.
Excursión
a la Gran Muralla
El
sábado 27 habíamos quedado a las 6.30 de la mañana en la primera planta de
nuestra residencia para ir de excursión a una parte de la Gran Muralla que está
cerca de Tianjin. En plan era perfecto: ir a la muralla, comer e ir a recoger fruta
por tan solo 50 yuanes (no llega a los 10 euros).
Pero
siempre tiene que pasar algo: había muchísima niebla y nos perdimos. Después de
saber dónde teníamos que ir, pillamos caravana y en un peaje que teníamos que
pasar, estuvimos parados como una hora y media porque estaba cerrado. Al final,
a las 12.30 arrancamos y, después de 7 horas metidos en un autocar, nos paramos a comer a las 14.30 y
de allí rumbo a la Gran Muralla.
¡La madre que parió al chino que decidió construir la muralla!
Todo
eran escaleras y más escaleras: altas, bajas, más anchas, más estrechas… Yo
pensaba que me iba a morir. Llegó un punto que estaba en medio de la montaña y
continuaba subiendo y decidí parar e ir bajando porque solo faltaba media hora
para que volviéramos a Tianjin.
Hay
que destacar que el paisaje es muy bonito y que es un sitio que vale la pena
visitar, pero cansa mucho.
Hay
un dicho popular que dice así (y con eso me despido):
不到长城非好汉
(Aquel que no ha subido
a la Gran Muralla no es un verdadero hombre)