Parece que tenían razón y que en julio llueve
más…pero tanto como inundaciones, no sé yo.
Pero después de dos semanas sin ver el cielo…se agradece un poco de
lluvia la verdad. Lo que sí es seguro es que ya sólo me quedan 10 días en
Tianjin y que ya estamos haciendo planes de: últimas compras, última vez que
vamos a comer esto, última vez que vamos a comer lo otro, última vez…y la lista
de “últimas veces” continua.
¿Qué cómo están los chinos? Igual de locos que
siempre. El otro día me subí en el ascensor con una de las mujeres que limpia
en la residencia y ni corta ni perezosa se me acerca y me comienza a tocar el
pelo, a cogérmelo y a decirme que cuánto pelo tenía, que si el color era
natural, etc. Y yo lo único que podía hacer era sonreírle y decir que sí a
todo.
Luego uno de los 叔叔 (guardias) de la residencia me
comenzó a dar conversación cuando estaba esperando a una chica china. De dónde
era, que si me gustaba el futbol porque en España era muy famoso, que cuando
volvía a casa, si volvía el año que viene, que si en España se hablaba español
o inglés…
Pero lo mejor de estos días fue lo que me pasó el
domingo. El otro día Fiamma me dijo que había una chica china, cuyo nombre inglés
es Jessie, que estaba buscando a un extranjero para hacer de profe de inglés el
domingo dos horas. Me dijo que pagaban bien (150 yuanes la hora) así que bajé a
hablar con ella porque estaba interesada…un dinerito extra para los últimos
días no viene mal ¡oye! Después de hablar con ella me dijo que me vendría a
buscar el domingo a las 9 de la mañana porque la clase era de 10 a 12 y que nos
manteníamos en contacto y me mandaría un correo con la información de la clase.
Me tiré todo el sábado esperando su correo o su
llamada, pero nada. Yo de mientras estuve preparando juegos y canciones porque
no sabía qué me esperaba en esa clase. Sólo sabía que era una clase-fiesta y
que los padres estarían allí.
Pues bien, el domingo a las 7 de la mañana la
señorita Jessie decide llamarme y despertarme para recordarme que a las 9 me
pasaba a buscar por la residencia. Obviamente me cagué en ella porque yo estaba
plácidamente dormida pero me quedé más tranquila sabiendo que aún se acordaba
de mí.
A las 9.30 de la mañana y después de llamarme para
decir que llegaba tarde, me monté en un taxi con Jessie con rumbo desconocido.
Después de 20-30 min de taxi llegamos a un edificio donde, en el segundo piso,
estaba la escuela de inglés donde iba a dar la clase. Lo mejor de todo fue que
durante el viaje en taxi Jessie me estuvo contando el “planning” de la clase
que consistía en ver una peli, un powerpoint, enseñarles how are you, how old
are you, las frutas porque ella tenía imágenes, juegos y un helado.
Pues a las 10.10 me dice una de las profesoras: Ya
puedes empezar. Mi cara de: ¿no tenían que ver una peli primero? Y su cara de:
No sé de que me estás hablando….eran un poema.
Así que nada…me puse a enseñarles el “what is your
name?” y a los 5 minutos vino Jessie a traducirme (Thanks God) porque los niños
eran de 6 a 9 años y no se enteraban de nada. Me tire una hora y media
repitiendo el what is your name, how are you, how old are you como quinientas
veces y cada vez que lo decían bien les tenía que dar una pegatina como premio:
a ellas una pegatina de la barbie y a ellos de bob esponja. Jessie me dijo que los pusiera en pareja para
que practicaran pero obviamente no se movían ni hacían nada así que tuve que ir
pareja por pareja diciendo: vale, ahora tú tienes que preguntarle esto, y tú
tienes que contestar lo otro…muy bien, una pegatina!
A las 11.20 me dicen que hay descanso y nos dieron
un helado que consistía en hielo picado con líquido de color por encima para
darle un poco de sabor. Mientras tanto los padres estaban fuera de la clase
mirando a sus hijos, mirándome a mí, sonriendo… De repente, aparece Jessie con
su móvil y dice: ¡una foto conmigo! Y después de eso ya vino el desmadre… me
hice fotos con todas las profesoras y con todos los alumnos. Es más, con cada
niño me hacían dos por si una salía mal y los padres mirando orgullosos como
sus hijos se hacían una foto con un extranjero. A las 11.50 y a diez minutos de
acabar la clase volvimos a cerrar la puerta para repasar lo que habíamos hecho
y para que cuando yo dijera “what’s your name?” ellos contestaran a coro “my
name is…” porque la idea era abrir la puerta para que los padres vieran como
sus niños contestaban a las preguntas que yo les hacía.
Y eso fue todo…300 yuanes por enseñarles 3 cosas y
hacerme fotos con ellos. Luego Jessie me acompañó a la residencia y me pagó el
taxi.
Hoy hemos ido a preguntar nuestras notas y a
recoger el certificado peeeeeeero….nos han perdido la foto así que mañana
tenemos que ir a llevar otra. De notas he sacado 97 en tingli (comprensión
auditiva), 94 en kouyu (la de hablar), 90 en yuedu (comprensión lectora) y 80 y
algo en la de gramática…que no me he enterado lo que me ha dicho la mujer pero
ya mañana preguntaré otra vez. Así que contenta porque este semestre nos habían
metido más caña que el anterior.
Y poco más que contar…ya me despido.
¡Nos vemos en 10 días!
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